A TRAVÉS DEL TEODOLITO
¿FF.AA., deliberantes?

Todos los estados que desean contar en forma sincera y franca con sus gobernados, les gusta que éstos se manifiesten sobre todos los asuntos que tienen que ver con él. De ahí que, salvo los estados presididos por tiranías o digamos por gobiernos que hacen caso omiso de sus gobernados o sencillamente no les interesa o hacen el simulacro que sí les interesa convocando a los ciudadanos a participar en simulacros de elecciones en las cuales, suele suceder que la participación que se conoce es muy próxima  al ciento por ciento siendo los resultados aquellos que previamente se han diseñado. Así se le hace una venía a la “democracia” tal como la entienden. 

En las democracias como la nuestra las manifestaciones de voluntad de la ciudadanía se ejerce; existe la libertad de votar o no votar y en muchos casos se establece el voto en blanco que no es otra cosa que la expresión de quien ejerce ese derecho de decir en las urnas que no está de acuerdo con lo que se le ha propuesto. Otra manera de hacerlo es sencillamente no ejercer su derecho que no es obligatorio hacerlo, aunque debería serlo.  No ha habido forma de que los políticos interesen a los votantes a manifestarse de suerte que tradicionalmente la suerte de todo el país queda en el cincuenta por ciento de los votantes porque la otra media mitad o está satisfecha con lo que está sucediendo o sencillamente le voltea la espalda a este derecho que debe convertirse en una obligación.  Todo ciudadano, salvo a quienes por precepto de la ley les es prohibido votar, entiendo que aquellos ciudadanos que han sido condenados por ciertos delitos, están privados de este derecho que es uno de los que son considerados como innatos a la condición de ciudadano.

Por ser considerados de otra categoría o naturaleza, los miembros de las Fuerzas Armadas, por ser cuerpos definidos como no deliberantes, sin dejar de ser ciudadanos, pero por estar ejerciendo ciertas obligaciones como son las de preservar el orden público y la defensa nacional, no solamente se les exime, sino que  se les obliga por ministerio de disposiciones legales vigentes, a mantenerse alejados de los derechos ciudadanos como votantes. Hoy se está discutiendo la idea de hacerlos nuevamente sujetos que puedan ejercer no solamente sus obligaciones por ser portadores de las armas de la República, para su defensa en todos los campos, sino que en su condición de ciudadanos puedan participar en la organización que por medio de las elecciones se le quiere dar a la nación.

Como teoría del ejercicio de los derechos, esta idea no parece que tener objeción. Sin embargo, la experiencia de la historia lleva a pensar que es preferible que mantengan su condición de no deliberantes; se supone o mejor se quiere que el uso de las armas que se les han confiado, no constituyan argumentos para coaccionar a los votantes ciudadanos civiles y así se conviertan, por así decirlo en instrumentos nocivos de la voluntad popular dirigidos por nuestros políticos que no descuidan todo lo que esté a su alcance para conseguir sus propósitos.  Si esto se lograra, bien se podría eximirlos de su condición de no deliberantes. ¿Seremos capaces de crear y diseñar un sistema legal que, preservando los derechos de todos los ciudadanos  miembros de la Policía, el Ejército. La Armada y la Fuerza Aérea ejercieran la totalidad de sus derechos electorales?