Al margen de la confrontación entre el Sí y el No alrededor del Plebiscito por la Paz, de forma paralela todos los sectores económicos mantienen actitud expectante frente a la Reforma Tributaria, que asoma como inoportuna, en medio del disenso profundo que significa el actual debate político.
Están con temor, las micro, pequeñas y medianas empresas, colocadas en primera fila, como la mayoría de colombianos a la espera de la cara y contenido de la Reforma.
Y están así, quienes deben estarlo, si se tiene en cuenta que, en números redondos, según la mayoría de encuestas, son unas 25 mil empresas dentro de este rango en el país, que significan el 95 por ciento dentro del marco empresarial.
Los mensajes de Gobierno y asesores de la Comisión Preparatoria de la Reforma han cambiado su temperatura. En principio hubo tono inflexible, al anticipar que tendrá elementos inmodificables para ajustar cargas y disparar al blanco requerido, para atender la demanda de compromisos del Tesoro Nacional.
Luego se disminuyó el nivel del tono, y el ministro Cárdenas, precisó que, es indispensable aplicar incrementos en el IVA, mantener gravamen a utilidades, sin tocar capitales, y disciplina severa con los evasores.
Si las Pymes, integran la fibra central de productividad, con trabajo a puro pulso, para mantenerse con vida, tienen suficiente razón para percibir que, en este conjunto de empresas, muchas subsisten como nicho familiar. Es su única vía de ingresos hace años.
Ajustar la carga del IVA con tres puntos por encima es espantar el consumo y flagelar las ventas que golpearan la vida de las Pymes y activaran la cadena de especulación con precios.
El despido de empleados o los cambios en contratación por horas o servicios, serían un golpe a la fuerza laboral, verdadero parasol contra el desempleo, con protección social y cumplimientos por Ley.
Los índices oficiales y privados coinciden en que las pequeñas y medianas, aportan 40 por ciento del producto interno bruto. Esta parte del pulmón, merece atención al centímetro.
No se trata de reclamar preferencias sino sugerir justa balanza frente a los pesos pesados en capitales. Empresas binacionales y trasnacionales reconocen que las pymes, son fibra de lo que da la tierra. En países desarrollados, son reglamentadas con exigencias, pero tratadas con equilibrio al fijar su tributación.
Lo recomendable es que la Reforma sea expedida con guantes de uso industrial, porque pretender envolver la economía nacional con un cable de alto voltaje la expondrá a un estallido.
juanalcas@yahoo.com
- Inicie sesión o regístrese para enviar comentarios