BUENA VECINDAD
La frontera

La “Teoría General de la Frontera” es un tema obligado para los estudiantes de derecho internacional público. Las fronteras son las zonas situadas a lado y lado de los límites y son, por ende, vitales para los Estados. Los vecinos fronterizos deben tener un trato preferencial  de paso y se les debe facilitar el intercambio comercial.  Pero, por esas mismas razones de vecindad, son áreas en las que los Estados civilizados ejercen especial control y vigilancia.

Colombia nunca ha sido cuidadosa con sus fronteras. Desde los tratados de límites con nuestros vecinos en los que nuestro territorio, como La Piel de Zapa, se fue encogiendo, hasta el descuido fronterizo que es proverbial y no necesita demostración. Igual con Venezuela que con Ecuador y Panamá, sitio éste último donde nunca se puso una guardia fronteriza. Panamá cerró la frontera para impedir el paso de migrantes, mientras en Colombia los coyotes hacían de las suyas.

Yo he dicho y lo sostengo que Maduro tenía razón cuando, al cerrar la frontera con Colombia, dijo que era un foco de contrabando y de mafias criminales. De mala fe dijo que era culpa de los colombianos, porque los venezolanos tenían igual o peor responsabilidad.  Una vez cerrada la frontera siguió el contrabando de gasolina, no solamente de pimpineros sino de la propia Guardia o Policía venezolana con tuberías clandestinas. Y ni hablar del paso impune de guerrilleros y de cargamentos de cocaína con la complicidad venezolana.

En la época del presidente Uribe, Chávez decidió cortar el comercio con Colombia  de más de  US$7 mil millones,  para trasladarlo a la Argentina de Cristinita. No estoy seguro de que la totalidad de las deudas venezolanas de entonces con Colombia hayan sido cubiertas y no sé cómo es la situación con Argentina. Pero sí sé que hay un total desabastecimiento en el país vecino y que, adicionalmente, no tienen con qué pagar. El socialismo del siglo XXI desperdició o se robó más de un millón de millones de dólares.

El cierre de la frontera y la expulsión de los colombianos nos crearon, por supuesto, problemas. Pero han sido peores para los venezolanos y la demostración está en que, cuando abrimos paso para que los venezolanos pudieran abastecerse, cientos de miles vinieron a nuestro país.  “Razones de estado”, que yo no comparto, hicieron que el corredor humanitario por el que atravesaron más de ciento cincuenta mil venezolanos fuera cerrado.

Ahora, luego de saludos y abrazos, Santos y Maduro anuncian entre sonrisas la apertura “gradual” de la frontera con el uso de un documento (Tarjeta Migratoria de Tránsito Fronterizo). Según la web de la Cancillería  ahora son muchos los colombianos que, por cierto, no  deberían necesitar sino su cédula para entrar al país, los que vienen con sus corotos por los puntos fronterizos autorizados, y los venezolanos que vienen de compras. Prácticamente nadie quiere volver  al paraíso de Maduro.

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Coda: Por razones de “alta política”, miles de cubanos fueron forzados a caer en manos de los coyotes y adentrarse en la selva desde Turbo con riesgo de muerte.