LAS últimas semanas nos han tenido un poco ausentes de la problemática nacional, no porque ésta haya dejado de existir o hayan disminuido sus manifestaciones, sino por los ratos de solaz que nos ha proporcionado el prodigioso invento de la televisión, que nos ha permitido presenciar buena parte de los acontecimientos que se están sucediendo en el Brasil por la celebración de las Olimpiadas.
Los brasileños echaron la puerta por la ventana pues lo visto nos ha permitido apreciar una magnífica organización y lo que más notable, es la calidad de los escenarios en las cuales se realizan las competencias. No se conoce el monto de los gastos en los cuales han incurrido nuestros vecinos del sur para cumplir con este compromiso internacional por el cual tanto luchó. Teniendo en cuenta que éstas justas de origen griego por primera vez se están celebrando en el nuevo mundo o por lo menos en América del Sur, ante la faz del orbe, en medio de todas las dificultades por las cuales está atravesando Brasil, nos hizo quedar muy bien. Las circunstancias que vive el país, con presidente interino por el traspié que ha sufrido la Rousseff próxima a ser destituida y la situación interna de todo orden por la cual está atravesando ese gigante regional, este evento le ha traído una especie de bálsamo a sus penurias.
Se tiene que significar que la presencia de los compatriotas atletas en todas las disciplinas en las cuales participaron fue decorosa; solamente se debe reconocer con toda franqueza que nuestros futbolistas tuvieron una participación que no correspondió a las expectativas, pero lo hicieron bien. Disciplinas como el lanzamiento de jabalina, el boxeo, el judo, el levantamiento de pesas, así como las de pista y otras nos dejaron un sabor de honda satisfacción patriótica como solía decir nuestro bien recordado expresidente Guillermo León. Bien parece que la delegación estuvo bien conformada y que todos los participantes lo hicieron bien. Tanto los que consiguieron las medallas a las cuales se hicieron acreedores, como los que participaron con decoro y dignidad.
La última semana, durante las cuales se decidían los primeros puestos en diversas disciplinas, tuvo la participación de todos los atletas que se habían distinguido durante las primeras etapas por lo cual tuvimos la oportunidad de ver a los mejores del mundo. Fueron justas extraordinarias. Debo destacar las de salto alto; vencer altura que superaron la estatura si no normal, más bien superior. Varios de los nuestros como Figueroa en el levantamiento de pesas, la linda y simpática Caterine Ibargüen en su increíble salto triple y Mariana Pajón en su especialidad de bicicleta en el estilo de campo traviesa brillan mundialmente en el escenario de los campeones del mundo. Con todos los acreedores a otras medallas se han hecho acreedores al reconocimiento y al orgullo de todos sus compatriotas.
¿Será por eso que Planeación Nacional no hace acreedores a menciones de honor en la categoría de personas felices? La verdad que sí lo estamos con los resultados de nuestro atletas en Río de Janeiro.
- Inicie sesión o regístrese para enviar comentarios